Las personas tienen un valor para alguien, pero ¿Como saber lo que uno vale?¿Como llegar a ese grado de saber cuan valioso es para uno mismo su persona? Parecen un par de preguntas estúpidas, pero dada la situación emocional en la cual me encuentro, les hayó lógica, al menos a mí me parece lógico¿Porque llegó a plantearme esto? Sencillo, soy un suicida, sí, no me avergüenza decirlo, en mí vida he tenido al menos tres intentos de suicidio, el primero a los ocho años, ingería pastillas sin saber que eran, sólo conseguía marearme o bien sentirme atolondrado todo el día, ya mas grande lo intenté de nuevo, tomé tres cajas de pastillas, alrededor de noventa pastillas, estaba seguro que no fallaría, sin embargo sólo tuve un vomito intenso, acabé en el hospital con oxígeno y suero y la última vez lo volví a intentar con pastillas para dormir, dormí un día entero y no me pasó nada.
Me pregunté un día el porque siempre buscaba pastillas, supongo que era por el miedo de enterrarme un cuchillo en el estomago o bien cortarme la garganta, pensaba el dolor tremendo que sentiría mientras me desangraba, por muy rápido que fuera, el ahorcarme, aunque lo consideraba de igual forma me daba miedo ya que en alguna ocasión leí que es doloroso mientras mueres, mientras el cuello se rompe o algo así, llegué a la conclusión que no tenía tantas ganas de suicidarme, que nada mas quería atención, sin embargo solamente una vez mí familia se enteró de lo que hicé, curiosamente nunca hablamos de eso, ah por cierto, se enterarón por una amiga a la que le llamé para despedirme tontamente, después de esa ocasión, le decía a todo el mundo que un día me mataría, seguido de la frase, "no, no lo haré, si de verdad lo fuera a hacer ní lo digo" y con eso me convencía que en realidad jamas lo haría.
Mas o menos a los trece o catorce, mí hermano llevó una pistola a la casa calibre nueve milímetros, era pesada y durá al momento de cortar cartucho, a la fecha sé muy poco de armas y a esa edad sabía menos, pero aún con la falta de experiencia, la tomé metí el cañón a mí boca y fue excitante sentir el metal frío en los labios y lengüa, olía a mugre, mezclada con polvóra y fierro, ví que no tenía seguro y jalé el gatillo... Nada pasó, mí hermano no era tan idiota como para dejar una arma al alcance de la mano con carga, días después se la llevó y me regaló una bala expansiva así de pura buena onda "Porque no me la díste antes", pensé, hubiera quedado sin la parte posterior de la cabeza, no hubiera habido falla, ní modo, a esperar, nunca mas tuve una experiencia de tener una arma de fuego para acabar con mí vida.
Pensaba muchas veces que mí familia estaba bien, que en realidad nadie iba a sentir tanto el hecho que mí presencia ya no estuviera para ellos, en ocasiones me salía al patio y escuchaba las platicas de mis hermanos y mí madre, sus risas, su comodidad y eran pequeños instantes de muerte para mí, imaginaba que las cosas seguirían así sin mí, sí, es dramatismo y autocompasión puro, pero en esos momentos no lo sentía así, me sentía aliviado, saber que la gente seguiría su camino, que este o no este las cosas siguen igual, que no soy indispensable, sí, algunos días o semanas me extrañarían, me ecahrían de menos, pero sería poco tiempo, otras ocasiones, cuando mis hermanos me humillaban con sus comentarios o critícas, pensaba en hacerlo en venganza, perversamente pensaba en hacerlos sentir culpables, dejar una nota diciendo algo así como "su vida es mejor si mí estorbandoles" o algo así, que se yo, algo visceral que los hiciera sentir mierda y que toda su vida cargaran con mí muerte, una vez lo planeé todo, la hora en la que moriría, las condiciones (obvio,pastillas) y hasta salí a hacer lo que mas me gusta, caminar, caminé por horas, desde temprano y mí muerte iniciaría a las seis de la tarde, me sentí alegre y libre como muy contadas ocasiones me he sentido, pero adivinen, claro, no lo hicé.
Llegarón años de calma a mí vida, novia, dinero, matrimonio, vida "estable" ní aún pasando esos diez meses y dieciocho días en la maldita cárcel me quitarón mí estabilidad emocional, estabilidad de vida, pero hablemos que pasó hace unos meses, que me dí cuenta quién era yo, como era yo y no me sentí feliz, llamenle ego, inseguridad, baja autoestima, lo que quiera pero, nunca me ha gustado decir "la gente debe quererme como soy" se me hace miserable y mezquino, egoísta, incapaz de decir "puedo ser mejor persona" y sucedió, mí esposa me hacía darme cuenta con esas correcciones que me hacía que en realidad era presumido, imprudente, egocentrico y de algún modo, egoísta y quiero dejar en claro que no es que este exponiendo en estas líneas a mí esposa, no, todo lo contrario, ella se encargaba de hacermelo saber ya que era demasiado evidente en mí el juzgar las acciones de extraños y familiares con tal dureza que parecía que en mí no cabía la equivocación, por tal motivo busqué la forma de modificar dichas actitudes que se volvierón hábitos, hábitos desagradables y asquerosos que consideraba cuando tomaba conciencia que los seguía haciendo, trataba de mantener la boca cerrada y pensar las palabras antes que salieran de mí boca, era una labor extremadamente difícil.
Comencé a deprimirme, lo cual experimento y préctico continuamente como deporte, bajo mí moral y de ahí parto hacía mas abajo, me flageló con cosas que ya ocurrierón y no me dejó en paz hasta que termino llorando o bien ensimismado, si bien era ya conciente de lo que no debía a ser ya tenía la mala costumbre de hacerlo, estaba muy arraigado y era difícil dejar de hacer y de dar puntos de vista que nadie pedía, a veces lo lograba y me sentía bien, pero la mayo parte del tiempo no lo conseguía, era frustrante y odioso, no hallé otra forma de lograrlo, hasta que de manera recurrente llegó a mí la idea, la misma que había dejado atrás, el suicidio, de nueva cuenta imaginaba como sería la vida de mí familia, si acaso quién mas me dolía la principio era mí madre, pensar que quedaría sola al amparo de mis hermanos que si bien no son malos, sí son un tanto desobligados con ella, a ella le pesaría mas debido a que vive sola y la mayor parte del tiempo esta en casa, pensaba en mí esposa pero no era tan preocupante como mí madre ya que sabía que ella lo soportaría y con el tiempo lo vería mas como una situación en la cual ella no tuvo ninguna responsabilidad, un hecho ajeno, así sucedió poco a poco hasta llegar al punto de darme cuenta que no había nada en este mundo que realmente me interesara y mucho menos algo a lo que yo le interesara, así de cerrada es mí visión, sí, estoy conciente que es cerrada, pero hay momentos que uno sabe lo que debe de hacer y que es lo mejor para uno aunque ante los ojos de los demás no sea lo correcto, entonces te llaman cerrado y lo aceptas con cierto orgullo, al menos así lo veo, porque me aferro a matarme y me arriesgo a hacerlo, porque es lo que quiero y lo que me parece mejor y conviene a mí persona y desde mí perspectiva conviene a todos los demás.
Ahora, escribo esto para que sepan y tengan presente que no culpo a nadie, no quiero vengarme de nadie, es simple, no me siento a gusto siendo como soy, no puedo mejorar, modificar, cambiar o sustituir comportamientos que existen en mí, me ha costado y lo he intentado, pero no lo logró, mí muerte y así lo veo, es algo así como un reseteo a mí propia existencia, buscar una nueva oportunidad en un estado por encima de la existencia que en este momento llevo (si es que algo así existe), así que pues, tengo estas cuarenta pastillas para dormir dentro de mí estómago que he venido tomando conforme vengo redactando este texto, así que me disculpo si en una o varias partes del mismo he sido incoherente, tengo un lazo de tendedero listo ahí, en el traspatio, amarrado de una varilla de la barda, empiezo a sentir sueño, el plan lo detallo rápido, me subiré a un banco, pondré el lazo en mí cuello y en cuanto las pastillas hagan efecto caeré del banco y el lazo se estirará junto con mí cuello, será un tirón fuerte pero espero no sentirlo con el efecto de las pastillas, será casí romantico con el clima que hoy hay, puedo imaginarlo, el viento me hará ir y venir, un vaiven lento, algo así como un beso rico, lento y pausado, me iré enfriando y endureciendo y ya no seré yo, seré el viento, el sol, el cielo, la oportunidad, la nueva oportunidad.
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