lunes, 2 de agosto de 2010

18:10

La planta que esta frente a la ventana ya no cabe en su maceta, se desparrama por sus lados, busca de dondé aferrarse y sigue creciendo.

Pienso esto en una tarde con lluvia ligera,como diría cualquiera que da el clima en las noticias, precipitación leve, chubasco por la tarde, se fue la luz justo cuando empezarón a tronar los primeros relampagos, aunque no sé si eran relampagos ó rayos ¿Quien sabe esa diferencia? bueno, supongo que los que estudian astronomía ó geología ó alguna de esas áreas cientifícas que tienen que ver con este tipo de sucesos pluviales, ignoro si el termino esta bien empleado pero se oye inteligente y elegantioso.

El hacer la comida, lavar, que haceres domesticos, son pesados ¿como no? quien diga lo contrario es por que nunca los ha hecho ó los ha hecho toda su vida y ya se acostumbro, la casa a media luz, el sol se ha ocultado tras las nubes y aunque hay luz de día no es suficiente para adornar de manera plena las paredes de la estancia.

El trabajar desde casa es bueno, tiene grandes ventajas, lidiar muy pocas veces con tráfico, comer a las horas propias, no inmiscuirse, ní que lo inmiscuyan a uno en chismes laborales, me levanto a la hora que el cuerpo lo pide y me duermo por lo regular a una hora que no consideré pueda entrometerse en mí orden de sueño, si, cierto es que esto me a aislado un poco de conocer mas gente, ser mas sociable, solo trato lo mínimo con cada cliente, nunca entro en conversaciones mas allá de lo profesional, nunca un "¿Como estan las cosas con la familia? ¿Tiene mascotas ó solo sus hijos? ¿Que perversiones tiene, por que con esa cara no puede ocultar nada?" nada de eso, todo concreto y certero, me desquito en esas caminatas solitarias por el centro de la ciudad ó bien por lugares que me traen algún recuerdo ó que disfruto por el ambiente.

Es extraño sentirse de repente solo, pero con la tranquilidad de contar siempre con alguien, esperar en casa como aquellos perros dómesticados con el reloj como olfato, esperando a que de la ansiada hora de que llegué el dueño para sentirse feliz y dar brincos y volteretas. Aún no llega la luz, escucho canciones, succiono el cigarro mientras me distraigo con la cortinilla de humo que se eleva frente a mí, tediosa tarde, aún pienso que, aquella planta frente a la ventana necesita una maceta mas grande.

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