Velita era la princesa de toda esta tierra, la tierra de "Como se llame" la cual se situaba en una parte desconocida para todo aquel que estuviera tan ocupado en su monotonia rutinaria y no se preocupara si quiera por mirar al cielo ó cerrar los ojos y saborear la frescura del viento en su rostro.
A Velita la distinguía no solo su belleza física, también su belleza como persona y lo bondadosa y paciente que era con todo aquel que le pedía su ayuda, era curiosa por naturaleza y siempre hacía bromas a las sirenas que habitaban en el lago que rodeaba su castillo, los días para ella eran de sobremanera felices, un día cuidaba a los pequeños hijos de los habitantes de "Como se llame", los entretenía contandoles historias fantasticas sobre los pequeños hombres gruñones que habitaban en las ciudades cercanas y de como ella de repente les jugaba bromas por el simple hecho de poner a prueba su paciencia, otro día caminaba por el campo hasta las madrigueras de los lindos húrones que corrían hasta ella al olfatearla y olfatear las deliciosas frutas secas que les repartía mientras los veía jugar, otro día preparaba los postres mas exquisitos hechos en "Como se llame" para deleitar a sus hermanas, padres y todo aquel que asomara la nariz en el castillo, otro día paseaba con su prometido por los hermosos campos de "Como se llame" y mientras él le hablaba de lo felices que serían estando mas tiempo juntos ella se limitaba a cortar flores para su madre, en fín, Velita sentía completa su felicidad, sin imaginar el día en que esa figura apareció.
El tiempo pasaba como en todos lados y en "Como se llame" no era la excepción, déspues de algunos años en queVelita era visitada por su prometido, este le propuso lo que ella jamás se pensaría ¿Cúal era esta propuesta? pues simple, que se unieran en matrimonio, así es, este hombre llegó un buen día y con todos los buenos modos aparentes y la seriedad que améritaba le dijó "Velita, a partir de hoy deseo que nuestras vidas tengan un mismo sentido, un sueño común y un final el uno con el otro... deseo que seas mí esposa" Velita quedo admirada ante tal propuesta, no supo que contestar, ella pensaba ser muy joven para este tipo de decisiones, además de nunca considerar estar unida a una persona toda su vida, para ella su futuro ideal era en todos lados y en ninguno, su deseo mas ferviente era viajar por todas esas ciudades en las cuales la felicidad como ella la vivía en su tierra, se había pérdido y tratar de recuperarla para aquellos que con tanto esfuerzo la buscaban.
Déspues de pedir unos días para dar respuesta a su prometido y buscar una buena excusa para evadir este compromiso que si bien no era malo, tan poco era bueno para ella, desde el día en que le fue propuesto a ella le daba vueltas en la cabeza, tener que cocinar, lavar, atender a su marido y además... críar a sus hijos ¡hijos! pensaba ella, la idea de tener hijos la angustiaba, con todo que a ella le encantaban los pequeñines, era muy distinto el verlos por unas horas a quedarse con ellos toda la vida, su preocupación era muy grande, al grado de no poder dormir y no comer, pensando en que hacer ante tal decisión, decirle a sus padres no era una opción, ya que sus padres si algo deseaban es que alguna de sus cuatro hijas se casará cuanto antes, pues era muy sabido que sí algo les gustaba en "Como se llame" era festejar y mas tratandosé de las hijas de su rey.
Era de mañana y Velita sabía que tenía que dar una respuesta ese mismo día por la tarde y mientras enjuagaba con el rocío las yemas de sus dedos, pensaba en que no tenía ninguna solución, ní tampoco excusa que dar, era lo inevitable, tendría que aceptar ya que sería una gran desilución para sus padres el no hacerse esposa de tan noble "caballero". "No hay mas solución... tendré que aceptar", pensaba Velita mientras suspiraba con resignación y perdía su mirada en un horizonte que en su mente se divisaba poco alentador, mientras esto sucedía, en la calle principal de "Como se llame" un hecho nunca antes visto se presentaba, un figura, que no daba muestras de ser hombre ó mujer ó algún otra forma de vida conocida cruzaba "Como se llame" con pasos suaves y pausados, vestido con jirones ó al menos en apariencia su ropa ese aspecto daba, una tela enorme cubría su cuerpo, un cuerpo grande y tosco, pero con una delicadeza en sus movimientos que parecía que el mismo tiempo le respetara, una capucha cubría su rostro, al menos la mayor parte,todo en un tono gris sucio, como sí en algún momento esas telas hubieran sido blancas y el desgaste y la falta de lavar se apoderarón de ellas, todos los pobladores sorprendidos y temerosos aceleraban el paso y su sonrisa que acompañaba a sus rostros delicados se esfumaba, todos parecían estar a salvo en sus casas, pero sin esperarlo, del lado opuesto de la calle, Velita caminaba distraída, ante la sorpresa y el miedo de todos los pobladores que contenían el aliento mientras el extraño personaje se acercaba a ella, "¡Cuidado princesa!", gritarón en coro, demasiado tarde, ella sintió esa mano cálida en su brazo al mismo tiempo que miró una sonrisa géntil enmarcada por unos labios rojos diciendo "Hola, podrías decirme quién puede darme un poco de agüa".
Velita no tuvo miedo, mucho menos sorpresa, su mente estaba ocupada en otros menesteres, "No te preocupes, yo puedo dartela pero tendrás que acompañarme a mí hogar", contestó, sin cuestionarse quién era esta extraña visita ó bien de dónde venía, los pobladores que de a poco salierón de sus casas, caminarón atrás de este par, con todas sus reservas, por que sí algo era extraño en esta tierra, eran las visitas, al menos en los últimos años, desde que la gente perdió ese gusto por mirar el amanecer ó el atardecer, la suave caída de las hojas en el Otoño ó la paciencia con la que las enredaderas trepan por las grandes rocas, desde entonces se contaban con los dedos las visitas en "Como se llame", antes la fiesta no acababa con cada visitante que por lo general, se instalaba para jamás salir del lugar, sin embargo el tiempo y la vida acelerada poco a poco fue borrando la capacidad de sorprenderse de las personas, hasta volverlas en eso que llamaba Velita "hombres gruñones" y así como era fácil encontrar "Como se llame" poco a poco se fue desdibujando de los mapas y de los sueños de la mayoría, hasta quedar casí inexistente.
Llegarón al castillo, puertas y ventanas abiertas de par en par, árboles enormes refrescando con su sombra los jardínes que se extendía a lo largo y ancho del palacio, en ellos, aves hermosas con colores brillantes entonando melodías con maravillosa sincronía, un césped que se antojaba caminar descalzó sobre él y un mediodía de Verano, de un Verano que iba y venía a contentillo de los pobladores, como cualquier estación del año, entrarón al castillo, cruzarón un salón principal con alfombras rojas y muebles tradicionales, con un candelabro enorme al centro que era sostenido por la alegría de la familia que ostentaba el título real, cruzarón un salón mas y otro y un último antes de llegar a la enorme cocina del hogar de Velita, "¿Me darás de beber ó seré disecado como trofeo?", dijó el visitante"¿Qué? no,no de ninguna manera ¿Que te hace pensar eso?" Velita al fín salió de sus pensamientos y se dió cuenta que había traído un extraño a su hogar, pero antes de sentir algún temor se percató que detrás tenía todo un séquito de acompañantes que sin dudar la defenderían si algún daño intentaba ocasionarle el extraño "No es en serio, lo decía por lo enorme que es tú cocina, en ningún lado había visto algo así, ní tampoco tantos ojos temerosos centrados en mí", "bebe toda el agua que quieras, esta agua es la mas fresca que encontrarás en todo "Como se llame", sí lo deseas puedes comer con nosotros, hace mucho no teníamos un visitante, ¿Como te llamas?¿De dónde vienes?¿Por que vistes así?" Velita preguntaba todo esto mientras los pobladores se acercaban con cautela hasta estar rodeando a ambos, "Un nombre aún no tengo, tal vez sería algo divertido que ustedes me dierán uno y antes de contestar a tús preguntas debo decir que algo te sucede, no es simple, en tús ojos puedo notar tristeza y preocupación, posiblemente este aquí por la simple razón, de poderte ayudar"...
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