Las situaciones y formas con las que uno conoce a personas especiales muchas veces son incomprensibles y extrañas, son cosas que suceden de manera que pareciera fortuita ó tan rebuscadas que parecen imposibles, como aquella vez que estaba en aquel trabajo en el cual mí jefe me tenía en el concepto de inútil y por más que me esforzaba por hacer las cosas bien siempre había detalles que él consideraba me hacían menos que los demás operadores de atención a clientes, éxplico rápidamente de lo que se trataba, estaba en un centro de atención telefónica y atendíamos las llamadas de cierta empresa de radiocomunicación y telefónia movil, la información que manejabamos era diversa, iba desde el manejo de los equipos, hasta la configuración de los servicios, pasando por la facturación del servicio, pero no solo era eso sino también teníamos que medir el tiempo que tardabamos en cada llamada, como sea, según mí jefe yo no daba un servicio de calidad para la empresa y por tal motivo en cuanto tuvo oportunidad me despidio, no lo tomé personal ya que fue un despido masivo que nos dejó sin empleo a mas de cien personas, en fín como para mí era estresante trabajar con un jefe de esa calaña me fuí con mí finiquito a Queretáro un fín de semana y me quede descansando en casa quince días, pero ¿que iba a hacer déspues? no tenía opciones de trabajo cercanas a mí casa, al menos no de las que yo quería, solo esa empresa de la cual me habían despedido y en la cual continuaba ese malevolo jefe.
Pasarón mís quince días de tolerancia para encontrar un nuevo empleo y para no andar gastandome las suelas y como en ese entonces era mas fácil apoyarse en el aviso oportuno de los periódicos que en la internet, decidí ir prácticamente a rogar a la empresa de dónde me habían finiquitado, mientras esperaba el elevador estructuraba el choro para la entrevistadora de recursos humanos, estaba tan concentrado que no me dí cuenta cuando un sujeto se planto tras de mí y me tomo por el hombro,"¿A tí también te llamarón?", me pregunto, "Eh, ah sí, sí", el sujeto también había sido despedido al mismo tiempo que yo, "¿Quién te habló, cuando te hablarón? dicen que tienen un buen de llamadas y que estan llamandole a varios", era una oportunidad de oro, obviamente nunca había recibido ninguna llamada y mucho menos me iban a llamar pero por alguna razón casí milagrosa mí habilidad mental no me defraudo ese día "Me llamarón ayer, no sé quién habrá sido por que pues ya sabes andaba en una entrevista de trabajo y no estaba en casa solo me dijerón que me presentara hoy" dijé con toda la naturalidad que pude, subimos al sexto piso y la persona de seguridad nos pidió nuestros nombres, tenía una lista de los que habían sido llamados, en la cual por supuesto que no estaba yo, llamó a la extensión ¿de quién creen? pues del mismo chaparro, panzón y ojete monigote que tan mala fé me tenía, despues de intercambiar un par de oraciones el de seguridad me confirmó que efectivamente no me habían llamado y que no podía dejarme pasar, ní modo, dí media vuelta oprimí el botón del acensor con desilusión y mientras esperaba sonó la extensión del vigilante "Sí aquí sigue esta esperando el elevador ¿lo dejó pasar?", alcancé a escuchar pero no tome importancia, "Oye que siempre sí te deje pasar, echale ganas estan contratando ahorita", dijó el sujeto mientras abría la puerta, momento glorioso, sonreí en plan de "Ya chingue".
"¿Bueno y quién te habló?", "pues no sé, andaba en una entrevista y no estaba en casa, nada mas me dejarón recado y pues me dijerón que viniera hoy", el tipo buscaba forma de sacarme la verdad y que le dijerá "no, la neta nadie me hablo, de pura cagada viné" ó bien "un guey que despidierón también me dijó que estaban contratando de nuevo" pero no obtuvo nada de eso, me aferré cabrón a mí versión de las cosas, "bueno, pues mira si te puedes quedar a trabajar de una vez perfecto por que necesitamos gente, ahorita hablo a recursos humanos y hoy firmas contrato" todo encajó perfecto y mí dignidad estaba intactá, no tuve que rogar por un empleo, me lo dierón por una causa, llamemosle fortuita.
Todo iba perfecto, demostraba que podía hacerlo todo perfecto y se notó mas cuando en mí segunda semana me cambiarón con otro de los cuatro jefes que había y me llovierón felicitaciones, primero por haber sacado un cien en calidad, además de haber tenido la calificación mas alta de un curso que impartierón y por resolver un problema de manera ágil a un cliente difícil, entonces como que todo se le volteaba a mí jefe anterior y se daban cuenta que de verdad era "mala leche" la que él me tenía, como dijé las cosas no podían ir mejor, pero como sucede en muchas ocasiones cuando mejor te va no falta que como se dice en el "vulgatis conocetía", le cae caca al pastel, nos llaman a un grupo como de quince personas ¿quién creen? pues el mismo jefe "culeiman" que era pasado de lanza y nos dice "los vamos a cambiar de proyecto, es un proyecto con el gobierno...", no mames cuando dijó gobierno este guey pensé que era algo así como pruebas con changos ó cosas ultra-secretas, naaaah ¿que me hago pendejo? lo primero que me vinó a la mente es que ibamos a trabajar con burocrátas huevones, así fue como a los quince días de haber sido recontratado me envíaban a un proyecto del ISSSTE que la empresa tenía muy poca fé y daban por hecho que iba a fracasar mas rápido de lo que nos iban a capacitar.
Después de haber recibido una plática de introducción al proyecto que mas parecía motivacional ya que el supervisor que nos la proporciono también había sido enviado de otro proyecto entramos al dichoso tercer piso, nuestro nuevo piso de trabajo solo quince estaciones de trabajo y tan solo cuatro funcionando, tres mujeres y uno de género masculino pero de convicción femenina, nos saludarón, nos comenzarón a dar la capacitación del sistema y yo veía solo a dos de esas tres mujeres, la tercera no podía verla estaba en cierto ángulo que no me era posible verla, hasta que se levantó para preguntar algo que no recuerdo que fue, su voz se apagó al momento que la ví, en lo personal, era de las mujeres mas hermosas que había visto en mí vida, piel clara, cabello lacio negro, complexión media, me dió vueltas el corazón y cuanto organo al que le llegaba sangre, los días posteriores al haberla conocido buscaba la forma de acercarme a ella, buscaba sentarme a su lado, platicar con ella, algo, pero siempre parecía que evitaba tener contacto conmigo, sentía como si me evitara, hasta que un día por azares del destino ó por puritita suerte, llegó tarde y el único lugar que quedaba era a mí lado, al principio platicamos así como que no quiere la cosa pero conforme pasaban las seis horas que laborabamos nos conocimos un poco mas y de ahí nos hicimos amigos, supe que tenía novio y que era un patán y machista, estabamos de acuerdo en que nunca tendríamos hijos, además de que ella había trabajado en un lugar en el cual yo entré tres días déspues de que ella había renunciado, nos conocimos conforme paso el tiempo y más cosas se nos hacían muy graciosas por la enorme coincidencia que había en ellas por ejemplo que ella trabajo en cierto parque de diversiones al que yo acudía frecuentemente en las fechas que ella laboró ahí, su casa tenía el mismo número exterior y número de manzana que dónde yo vivía y detalles así, hubo un momento en que soñaba con ella é iba a trabajar por el simple hecho de verla cada día.
Pasarón muchas cosas, pero una auto-invitación de ir al cine conmigo y hacerme esperar una hora fue lo que nos llevó a tener una relación mas estrecha, fue la primera vez que la ví llorar, fue la primera vez que la abracé y me abrazo y llegó un veintitres de Octubre en la estación del metro División del Norte, despues de un cáfe, estabamos en el anden, ya no pude mas, estaba decidido a que ese día la besaría no importandome que me abofeteara que me dejara de hablar, incluso que me aventara a las vías del metro, todo lo valía con tal de besarla, de darle un beso en el cual ella se dierá una idea de cuanto amor tenía por ella, me acerqué y la abracé, besé su mejilla y de a poco me acerque a sus labios y viví un sueño desde ese momento, un sueño interminable, no hubo golpes, no hubo indiferencia, ní una caída a las vías, solo hubo un beso interminable, se desvanecio la gente, el lugar, los problemas, su pasado y el mío, el mismo tiempo y la necesidad mutúa de sentirnos amados, todo por esa situación casualmente fortuita y extañamente complicada que algunos llaman destino.
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